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Y así empezó esta historia...

Actualizado: 16 mar 2021

El 27 de junio de 2013, me detectaron un tumor de 10cms en el ovario izquierdo. Ese día fue una tortura manejar yo sola en medio de la lluvia para regresar a casa. El sábado, 29 de junio me hicieron mi primer tomografía. Debo decir que a partir de ahí he ido acompañada al 95% de mis citas, me prometí hacer hasta lo imposible por no ir sola a ese tipo de citas/estudios/tratamientos. Al término de la tomografía, me citaron con mi ginecólogo el lunes 1 de julio. Ese lunes, me dijeron que el resultado preliminar de la tomografía era cáncer de ovario. Tuve mi cita con el oncólogo al día siguiente, el martes 2 de julio.

Hasta el momento, esa ha sido la cita más impresionante que he tenido, ya les contaré en otro post.

Pero lo que si les puedo decir es que en el momento en que escuché el diagnóstico sentí como si una gran roca me cayera en la espalda de un solo golpe, estaba como en shock, y aunque traté de mantener la calma, la cabeza me dio mil vueltas, pensé un millón de cosas y me llené de miedo. Sin tener antecedentes de cáncer en línea directa en la familia, no podía creer que esto me estuviera pasando a mí, al tiempo que tenía un sinfín de preguntas: ¿Porqué a mi? ¿En qué momento? ¿Qué sigue ahora? ¿Qué va a pasar? ¿Voy a sobrevivir?.

A la mañana siguiente, en cuanto mi hija se fue a la escuela, busqué frenéticamente información en internet sobre mi padecimiento, expectativa de vida y quimioterapias, lo que encontré solo me llenó de miedo, un miedo gigantesco de lo que venía y lo que iba a pasar. Y entonces fue cuando –además de llorar incansablemente toda la mañana, decidí parar de buscar y no seguir investigando. Dentro de mi miedo, logré ver que entre más leía, más me asustaba y angustiaba. Y el miedo en esos momentos no era mi mejor aliado. Pensé que lo mejor sería preguntar a mis doctores conforme fuéramos avanzando, y también recuerdo que pensé que las reglas siempre tienen excepciones, y yo bien podía ser una de esas excepciones, así que decidí afrontarlo de cara y hacía adelante.

Unos días antes de la cirugía yo tenía una pancita como de 6 meses de embarazo, y aún comiendo muy poco, me llenaba rapidísimo. El oncólogo me había explicado que si el estudio de patología durante la cirugía confirmaba que era cáncer, en la misma cirugía me pondrían un catéter puerto sub-clavicular para poder darme quimioterapia a través del mismo sin tener que estarme canalizando por las venas.

El viernes, 5 de julio de 2013 fue mi primer cirugía, confirmando el diagnóstico de cáncer de ovario (epitelial, etapa III), por lo que me quitaron el tumor, los 2 ovarios y el útero (incluyendo 3 litros de líquido del abdomen, producido por el tumor).

Así que cuando desperté de la anestesia, lo primero que pregunté fue cómo me había ido, y el Dr. que estaba a mi lado dijo “Muy bien, quitamos todo”, así que respiré, me toqué debajo de la clavícula y sentí el catéter puerto, por lo que entendí que si había sido cáncer y me darían quimioterapias. Al día siguiente los doctores me contaron sobre todo lo que habían quitado y que habían quedado implantes en hígado, diafragma e intestinos, pero que eran tan pequeños que seguramente saldrían con las quimioterapias.

En fin, ya en casa, durante mi recuperación busqué grupos de apoyo para mi padecimiento, pero no encontré nada aquí en México. Por el contrario, encontré muy poca información y toda muy fuerte, estadísticas de miedo y no sabía ni de dónde agarrarme, así que mi decisión fue agarrarme de lo que tenía a la mano. ¡Tenía mi fe, a mi familia y a mis amigos! Poco a poco fui descubriendo que tenía a mi alrededor a mucha más gente de lo que hubiera pensado, fue una sorpresa tan linda y amorosa, que definitivamente no solo pienso que son mis ángeles aquí en la tierra, sino que todo ese cariño siempre es medicina para el alma.

Dato chistoso: Menuda sorpresa me llevé un día antes de empezar mis quimios (el 27 de julio 2013), cuando uno de mis doctores me contó que durante la cirugía estuve cantando!! ¡Las cosas que pasan durante la anestesia! Yo que digo que solo canto en la regadera, y ¡resulta que di show en el quirófano! ¡Solo espero no haber dicho ninguna cosa inapropiada y haber cantado medianamente bien!

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